Osho
inicialmente afirmaba que todas las guerras terminarían para el año 2000, ya
que el mundo se volvería tan interdependiente entre los diferentes países, que
las guerras se volverían políticamente inaceptables para los gobiernos. Y
también Osho afirmó que con la aparición de la bomba nuclear se eliminaba la
posibilidad de que volviera a haber una nueva guerra mundial.
Pero
más tarde Osho contrató a una agencia de publicidad para que lo asesoraran
sobre cómo atraer a más seguidores, y ellos le dijeron que las profecías del
fin del mundo se vendían mejor. Por lo que después de escuchar eso, Osho cambió
completamente su discurso y comenzó a profetizar que vendría una próxima Tercera
Guerra Mundial (ver link)
Y
Osho también pretendió que él y sus discípulos lograrían sobrevivir refugiándose
dentro de cuevas y bunquers subterráneos, para luego resurgir y así salvar al
mundo.
Pero
esto último motivó a algunos de sus sannyasins que ya se estaban despertando
del lavado de cerebro, a huir de esa congregación como por ejemplo fue el caso
de Susan Harfouche, quien sobre este asunto relató lo siguiente:
« Para
que comprendan mejor la situación de paranoia que se vivía en Rajneeshpuram (la
pequeña ciudad que estableció Osho en Oregón) déjenme explicarles las razones
por las que finalmente decidí alejarme de Osho y su comunidad:
- Ante las visitas continuas del FBI y de las autoridades de inmigración, nosotros recibimos instrucciones de mentir o de no decir nada.
- Los planes para construir un hotel y un casino de juego.
- Sheela todo el tiempo mintiendo.
- Los proyectos para vivir en refugios subterráneos porque Osho profetizó que vendría una guerra nuclear que duraría seis años y que se supone que comenzaría dentro de diez años y destruirá todo.
Esto
último fue lo que realmente hizo que ya decidiera partir, porque:
¡No había forma de
que me confinaran en un lugar encerrado bajo tierra con estas personas cada vez
más desquiciadas!
Y
si realmente solo quedaban diez años, entonces decidí que debía volver al mundo
y disfrutar de la vida que Dios me había dado.
Hay
miles de personas en esa organización y ninguno de ellos está iluminado. Pero
debo de confesar que tomar conciencia de que todo eso solo era una secta, fue
muy triste y difícil para mí, yo lo llamé "la muerte de un sueño". »
Y
Osho no solo traumatizó a los adultos sino que también traumatizó sobretodo a
los niños, como lo relató Hira Bluestone quien en ese entonces era una pequeña
niña que vivía en Rajneeshpuram:
« Mis
temores hacia la muerte volvieron a despertar cuando se corrió la voz en la
comunidad de que el mundo se iba a terminar. Nos dijeron que nos preparáramos.
Osho quería que construyéramos refugios subterráneos para vivir dentro de ellos,
para que así pudiéramos sobrevivir al inevitable holocausto nuclear que se
venía. Y nosotros seríamos las personas elegidas para poblar el mundo y crear
una sociedad llena de amor y risas.
Pero
esto estaba en contradicción con el hecho de que Osho desalentó tan fuertemente
la procreación, que en cuatro años en una ciudad de casi 5’000 personas, solo
hubo un nacimiento. En cualquier caso, comenzaron a llenar nuestras cabezas con
visiones de horror.
Primero,
recuerdo que nos leyeron un libro titulado “Sadako y las Mil Grullas de Papel”
que es sobre una niña que vivía en Hiroshima en el momento en que se arrojó la
bomba, y esa niña desarrolló leucemia y falleció de una muerte horrible y desgarradora.
Esa
historia reavivó mi obsesión con la muerte, y tal vez incluso me llevó a lo que
se convertiría en mi carrera en oncología.
Pero
lo que empujó mi psique de 8 años al límite, fue la película "El Día Después" que era un filme
que trata de la Guerra Fría y relata un ataque nuclear que tiene lugar en
Centroamérica.
A
los niños nos habían emparejado con "hermanos y hermanas mayores" y
su trabajo en ese momento consistía en asegurarse de que viéramos esa película.
Así que nos reunieron en la cafetería y nos dijeron que no teníamos otra
opción, que era obligatorio.
Después
de unos minutos yo estaba tan aterrorizada por las manchas de las siluetas y
por las cenizas de las personas a raíz de la nube radioactiva, que pasé la
mayor parte del resto de la película escondida en el baño con mi amiga Mouna
consolándome. Fue horrible, y después de eso me obsesioné con la muerte.
Pasé
gran parte del resto de ese año pensando profundamente en la muerte. A veces,
la constatación de que yo ya no existiría me provocaba un escalofrío en el
estómago que me recorría hasta la punta de los dedos.
Empecé
a pensar en la muerte constantemente. Me preocupaba que papá muriera. No
soportaba vivir sin él. Y también me preocupaba de morir y que papá no
sobreviviría sin mí.
A
veces, me ponía a conversar conmigo misma y le suplicaba a Dios que por favor
no me dejara morir antes de que conociera el amor, antes de poder besar a un
chico de verdad, y que por favor no me dejase morir antes de ver a mi papá una
vez más. Solo pedía favores...
Pero
un tiempo después de ese constante alarmismo de que pronto el mundo se iba a
acabar, toda la conversación sobre eso desapareció de la comunidad. Fue como si
se dieron cuenta que okey, tal vez se acerca el fin del mundo, pero mientras
tanto volvamos al negocio de la vida.
En
todo caso no se construyeron los refugios subterráneos y no se siguieron
haciendo más planes para nuestra supervivencia. Supongo que decidieron que toda
esa mierda nos había ya asustado lo suficiente. »
OBSERVACIONES
En
realidad lo que pasó es que Osho se aburrió de ese tema y simplemente lo
abandonó para regresar a su doctrina habitual, y esto me demuestra lo poco
circunspecto que era ese tipo, porque no le importaba modificar su enseñanza en
función de sus caprichos.
Por
ejemplo aquí, primero él aseguraba que ya no iba a haber guerras, pero luego
como unos publicistas le dijeron que si él era catastrofista, eso le iba a
atraer a más gente, entonces Osho cambió totalmente su mensaje asegurando que ya
se venía la Tercera Guerra Mundial, pero como luego le fastidió la implicación
de tener que construir los refugios subterráneos, pues entonces él simplemente
le dijo a sus simpatizantes que se olvidaran de ese asunto y siguieran como
antes.
Y
esto muestra la muy poca seriedad que tenía ese individuo.
Y
también muestra el poco respeto que Osho tenía hacia sus seguidores a quienes
no le importó traumatizarlos y llenarlos de paranoia, y sobretodo a los niños dejándolos
completamente horrorizados, porque yo les pregunto:
¿De qué le sirvió a
Osho aterrorizar a los niños si de todas maneras ellos no iban a poder hacer
nada?
No
le sirvió de nada y mi conclusión es que él simplemente lo hizo para generar el
bullicio de que se venía el fin del mundo, pero como a las pocas semanas Osho
ya se había fastidiado de ese ambiente de psicosis que él mismo había generado,
entonces sencillamente abandonó esa temática como si no hubiera pasado nada.
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