viernes, 11 de septiembre de 2020

EL TESTIMONIO DE NUEVE PERSONAS QUE VIVIERON EN RAJNEESHPURAM


Anna Silman es una periodista que entrevistó a varias personas que estuvieron en la comunidad de Osho en Oregón, y a continuación les traduzco lo que esas personas le dijeron:



1. Rashid Maxwell

Es un antiguo agricultor que luego se volvió pintor y que actualmente vive en Inglaterra y estuvo en Rajneeshpuram durante cuatro años.

Debido a mi experiencia agrícola, fui una de las primeras personas en ir a ese rancho, y mi trabajo consistió en volver a hacer cultivable la tierra que había sido totalmente descuidada y sobreexplotada. Pero muy pronto tuve muchos desacuerdos con Sheela, nunca me entendí con ella. De hecho, ella no me pareció que fuera inteligente, si era muy astuta, pero no inteligente.

Por ejemplo, ella me dijo que necesitábamos tener muchos pollos porque requeríamos de muchos huevos, y yo le respondí que si, pero que necesitábamos tenerlos esparcidos por todos lados. Y ella me contestó que no, que los tuviera todos agrupados en un rincón.

Y yo le respondí que entonces se incrementaría la probabilidad de que se enfermaran y que necesitaría darles antibióticos. Y ella me contestó “¡Pues dales antibióticos!”  Y ese no era realmente mi camino ya que yo era un agricultor orgánico.


Y hubo desacuerdos más profundos, como por ejemplo cuando fui a visitar al tipo de zapatos Nike que aparece en el documental de Netflix [el ranchero Bill Bowerman]. Tuve un contacto muy agradable con él, fui a su rancho, hablamos sobre cultivar uvas y tener un viñedo, y él me enseñó a enrollar los cigarrillos con una mano sobre un caballo.

Por lo que yo no podía estar de acuerdo con la agresión que Sheela le hacia a los vecinos, así que al poco tiempo ella me sacó de la agricultura y me puso en la cocina a lavar ollas. Yo estaba muy infeliz porque sentí que mi sueño de un paraíso ambiental se había perdido, y mi trabajo se lo entregó a alguien que sería más obediente a sus deseos.

No me caía bien ni confiaba en Sheela, pero ninguno de nosotros tenía idea de lo que ella estaba haciendo en secreto. Y después que todo se destapara fue inconcebible para nosotros y estuvimos deambulando en un estado de shock durante varios días.

Y cuando vi el documental de Netflix, me sentí bastante mareado al verlo. En realidad fue como una sensación de náuseas. No apoyo mucho ese documental, la gente dice que está equilibrado, pero a mí me pareció más a una película estadounidense masculina, puritana, prodigada con los ingredientes habituales de sexo, armas y dinero.


Yo fui con Osho para que él me quitara la alfombra que tenía debajo de los pies, el tipo de alfombra cómoda que me dio mi familia y mi educación. Podría hablar para siempre sobre lo importante que fue esa experiencia para mí. Actualmente tengo 80 años y me siento tan feliz, tan abundante, tan libre, por lo que mi vida es tan alegre.

¡Y Osho es el responsable de todo eso!  Él hizo ese trabajo en mí. Y también leí hace unos días que el 42% de los millennials dicen que practican la meditación de un tipo u otro. Así que creo que es sorprendente que ese mensaje por el que hemos peleado y luchado, no lo hayan entendido. La meditación fue la herramienta que Osho nos dio: salir del ego y salir del ajetreado tráfico de la mente.

(Observación de Cid: varios individuos tienen un grato recuerdo de haber vivido en las comunidades de Osho, pero muchos otros salieron muy lastimados; y Osho le decía a sus discípulos que abandonaran su ego, pero él mostró tener un ego gigantesco al estar promoviendo la adoración hacia su persona y llevar una vida de archi mega millonario.)






2. Hira Bluestone

Es una asistente médica que vive actualmente en Seattle y fue llevada a Rajneeshpuram por sus padres cuando ella tenía 7 años y vivió allí hasta los 11 años.

Durante toda mi vida, la gente me ha estado preguntando cómo fue vivir en ese rancho. Y al igual que si le preguntaras a alguien cómo fue su infancia, yo les respondo que tuvo sus ventajas y desventajas.

Por un lado dispuse de una tremenda libertad, responsabilidad y la oportunidad de aprender cosas, como por ejemplo ser mecánico de aviones cuando tenía 9 años. Pero al mismo tiempo era una cultura opresiva y no había mucha educación escolar.

Había momentos en que teníamos escuela, pero la escuela se alternaba y había una especie de elenco rotativo de instructores y además era algo opcional, y eso era algo que realmente me hubiera gustado tener.

Diría que hubo negligencia hacia los niños, por el hecho de que los niños vivían en una casa separada de los adultos, y hubo semanas en que algunos niños no vieron a sus padres. Pero no vi abuso físico, aunque si hubo abuso verbal y mental.

Fue una experiencia poderosa que la gente estuviera dispuesta a renunciar a sus vidas y crear ese oasis en el desierto, y creó que esta energía realmente era una fuerza.

Muchos seguimos conectados ya que mi mejor amigo es un Sanyassin del rancho. Pero también éramos un pequeño microcosmos de la sociedad donde la mierda y la corrupción llegaron a la cima.

Creo que en última instancia, esa comunidad estaba condenada al fracaso porque era una intensidad concentrada: crecimos y luego explotamos. Y pienso que el documental estuvo muy superficial porque solo se enfocó en los pleitos con el pueblo vecino, pero no mostró la vida cotidiana que nosotros llevábamos y no nos mostró como personas sino como exaltados.


(Hira Bluestone publicó varios artículos que he traducido en el blog.)






3. Ma Anand Bhagawati

Es una escritora que actualmente reside en Indonesia y vivió en Rajneeshpuram durante cuatro años.

Los directores del documental hicieron un trabajo bastante bueno, pero lo que no pudieron mostrar es por qué nosotros estábamos allí. Todos estuvimos allí para llevar a cabo un viaje interior.

Hemos sido muchas veces mal entendidos en la prensa y solo se muestran las cosas más espectaculares, como los Rolls-Royce. Pero eso era una broma y Estados Unidos no la entendió. Aún así es increíble y maravilloso que la gente se ría con nosotros.

La gente ama la ropa que teníamos. Nos divertimos mucho con eso. Nos resistimos y lo usamos y no nos importó el ridículo. La vida se trata de alegría y de diversión y de hacer lo que realmente quieres hacer.

Yo viví allí durante cuatro años, y también viví en el ashram de la India tanto en los años 70 como en los 80, y también en una comunidad europea. Pero Oregón fue definitivamente diferente porque ahí estábamos en tierra cruda, en tierra estéril, y ahí nosotros creamos un oasis.

Era cotidiano vivir una vida muy intensa y despierta, disfrutar de ese increíble paisaje, estar con mis amigos y ver a Osho todos los días. Tenías que haber estado allí para sentirlo.


Tuve varios trabajos: uno que me gustaba mucho era ser conductor de taxi y luego estuve encargada de las relaciones con la prensa y me ocupaba de atender a los periodistas y a los visitantes. La gente era muy curiosa; vinieron de todas partes.

La energía en toda la propiedad no era oscura, pero algo comenzó a volverse extraño en el 85. No tenía idea de lo que estaba pasando hasta que el asunto estalló.

Para mí, Sheela en el documental tiene el mismo timbre de voz que tuvo desde los años 70. Y pienso que aún ama a Osho, puedo percibir que todavía está conectada de alguna manera con el maestro, pero ella se fue por un callejón muy oscuro.

Mi impresión de ella siempre fue que era difícil abordarla porque ella estaba muy atrapada en su ego. Pero por otro lado, sin ella y su energía y su dedicación no podríamos haber tenido todo eso.

(Los defensores de Osho le echan toda la culpa a Sheela, pero quienes han investigado más profundamente el asunto, están convencidos que Osho sabía todo lo que hacía Sheela.)






4. Leela

Es la directora del Instituto Osho para las terapias meditativas, vive actualmente en Australia y residió en Rajneeshpuram durante dos años.

Cuando llegué por primera vez a América y me encontraba en el poblado de Antelope, me senté en el autobús mirando a mi alrededor y pensé: ¿Qué demonios estamos haciendo aquí?

Era obvio que nos habían llevado a un lugar muy extraño para vivir como sanyassins, porque esa región se trataba de personas de campo, muy asentadas en sus tradiciones y fuertes creencias, y no se moverían ni un centímetro. Pero aún así nos habían llevado ahí para bailar y ser alegres y construir una ciudad entera, y pude sentir que no iba a ser fácil.

Inmediatamente fue obvio que estábamos en un lugar muy difícil para llevarnos bien con los vecinos. Aún así el primer año estuvo constructivo, aunque el contexto era extraño, porque estábamos fuera de la India y no estábamos tan cerca como lo habíamos estado en Pune. Y entonces la energía comenzó a cambiar.

Durante el primer año que estuve allí, fui la coordinadora del taller de soldadura, y luego me trasladaron a trabajar en los servicios legales. No sabía nada sobre derecho y no me gustaba estar en el departamento de derecho, porque sentía que era como un juego mental de guerra.

Mientras más pasaba el tiempo, más seguí sintiéndome incómoda por muchas cosas. Había mucho secreto, mucha gente tenía miedo de decir algo. Para mí, personalmente, se volvió bastante estresante.

¿Te imaginas que comienzas en una comunidad en la India donde creces y prosperas y compartes con los demás y te desarrollas hermosa y espiritualmente, y ahora aquí estamos en un estado de paranoia y tenemos una fuerza policial que nos vigila cuando estamos en la sala de meditación?  Fue demasiado raro.

¿Cómo me sentí acerca del documental?

Solo vi dos episodios, y constaté que ese documental de Netflix no se trataba de Osho, sino que se trataba de cómo un grupo de personas llamado "culto" entró en un ambiente muy extraño y amenazador, y luego lo que sucedió después, y todos dieron su punto de vista.

Para mí después que terminé de ver el segundo episodio fue como “ya suficiente”. No quiero ver todo el documental. Yo estuve allí y desde cierto punto, no fueron días felices. No es importante en la gestalt lo que Osho realisó y los millones de personas que indujo a efectuar meditaciones y todavía lo están haciendo. Llevo 30 años haciendo esto con miles de personas en todo el mundo. Ese fue su verdadera labor.

(Yo he leído a expertos en meditación asegurar que las meditaciones de Osho no son muy buenas.)






5. Ma Ananda Sarita

Es profesora de tantra en el Reino Unido y vivió en Rajneeshpuram todo el tiempo que estuvo activo.

Estuve allí con las primeras 20 personas antes de que Osho fuera a vivir en el rancho y luego estuve allí hasta que solo quedaban seis personas. Fue un momento súper positivo de mi vida. Tomamos un desierto y lo transformamos por completo en un oasis, y esto solo en cinco años.

La gente trabajaba 16 horas al día, pero siempre cantaba, bailaba, abrazaba, reía y tenía relaciones amorosas. Era un lugar muy vibrante, muy vivo y muy alegre. La mayoría de las personas que estaban allí no tenían idea de los crímenes cometidos por Sheela y su entorno cercano.

El documental fue muy conmovedor y fascinante de ver. Intentaron ser muy equilibrados. Encontré que lo que faltaba era más sobre Osho y el aspecto meditativo. Habían grupos de desarrollo personal sucediendo todo el tiempo y venían personas de todo el mundo para trabajar en sí mismos.

Para los forasteros que miran desde afuera, ellos pensarán "oh, eso es un culto", pero ya sabes, el hecho de que el gurú y el discípulo hayan sido un enfoque de la vida en la India desde hace miles de años, y pienso que debería de haber sido menos dada la atención sobre ese aspecto.


En los primeros días, estaba trabajando en la casa de Sheela como limpiadora y más tarde me trasladaron a trabajar en la oficina de prensa. Y ahí vi que las cosas iban en una dirección no muy agradable con Sheela y las personas que la rodeaban. Vi que ella estaba bajo mucho estrés.

Osho la había invitado a vivir en su complejo, y él le aconsejó que trabajara durante el día, pero por la tarde volviera a un espacio meditativo en su complejo, para dejar el stress atrás, pero ella decidió no hacer eso.

Y cuando las personas están estresadas, hacen cosas extrañas. Aún así era una situación peligrosa para las personas que vivían allí, y pienso que Sheela estaba respondiendo a eso. Era como si ella simplemente estuviera diciendo "Está bien, así es como quieren jugar el juego, pues vamos a jugar el mismo juego".

(En realidad no fue el mismo juego, ya que Sheela constantemente infligió las leyes de los Estados Unidos.)






6. John Jameson

Es un analista de escritura a mano radicando en el Reino Unido, y visitó el rancho durante tres semanas.

Ver ese documental me emocionó tanto que saqué mi mala (un collar tradicional usado por Sannyasins) y lo usé durante un par de días, y ¡Dios mío!  No me llevó ni a la mitad de los maravillosos días embriagantes de ser un sannyasin.

Realmente fueron algunos de los años más felices de mi vida. En general, pensé que esta era la mejor cobertura que hemos tenido, aunque me pareció muy impactante en algunos aspecto.

Lo único que no me gustó fue que se le dio tanto tiempo a Sheela, que es por supuesto, lo que ella adora, dado lo egoísta que ella es. En mi opinión ella recibió mucha más atención en el documental de la que merecía. Pero ella era el lobo feroz. Todo salió mal por ella.

Solo estuve allí durante tres semanas para la celebración de verano de 1988. Y no me gustó. Me desagradó ver todas las armas, y pude constatar que para ese entonces el ambiente se había podrido. Se sentía como una sociedad artificial para entonces.

El hecho de que Sheela ahora esté manejando una casa de ancianos y cuidando a personas mayores me da mucho miedo. Ella no está en condiciones de cuidar a las personas vulnerables. Y por supuesto, eso era lo que ella estaba haciendo cuando era la jefa de esa comunidad. Ella estaba supervisando a muchas personas vulnerables.

(Y por lo que dicen muchos testigos, Sheela fue una verdadera tirana.)






7. Prem Goodnight

Se encuentra retirado y vive actualmente en Atlanta con su esposa Amido, y residió en el rancho durante tres años.

Tuve dos trabajos allí. Hice la venta y distribución de libros y también estuve en la Fuerza de Paz, que era diferente de la Fuerza de Seguridad. La Fuerza de Paz era un cuerpo sancionado por el estado de Oregón.

Lo que le falta al documental “Wild Wild Country” es que no expresa como era la vida en Rajneeshpuram: las personas que trabajaban, jugaban, meditaban, amaban y estaban en esa comunidad ecológica en medio del desierto de Oregón. Muy poco de eso aparece en el documental, y para muchos de nosotros, sentimos que eso era lo más importante.

Participé en el programa de compartir una casa donde las personas sin hogar fueron invitadas a vivir en el rancho. En una ocasión fui a un parque en Miami, y un tipo se me acercó y como el pobre había tenido una traqueotomía, tuvo que hablar a través de un dispositivo que tenía en la garganta.

Se acercó a mí y me entregó un artículo periodístico sobre nosotros donde se informaba que llevábamos la gente desamparada al rancho y él quería ir. Era un hombre mayor. Fue al rancho y ahí lo vi muchas veces. De hecho, ese tipo se fue mucho después de que muchos de nosotros ya nos habíamos ido. Se quedó hasta el final y hubiera estado allí por el resto de su vida si hubiera podido.


Yo no le tenía miedo a Sheela, por el contrario la respetaba y la valoraba. Iba seguido a saludarla y le daba grandes abrazos, pero en cambio otras personas le tenían miedo. Las cosas cambiaron mucho desde el punto de vista de la seguridad, después del bombardeo del hotel. De hecho, podríamos sentir el peligro que había allí.

Una cosa realmente importante de entender es que Sheela y su grupo fueron los encargados de crear esa comunidad. Y la gente dentro de la comunidad no tenía idea de las fuerzas que estaban tratando de evitar que la comunidad existiera.

El trabajo Sheela y su gente era en proteger el rancho, y por supuesto, ella tenía su propio deseo de poder y el deseo de mantener el poder. Pero no creo que sus actos hayan sido los de una persona malvada. Fue simplemente la búsqueda de resolver problemas que la llevó a optar por soluciones más y más desquiciadas.

Muchos de nosotros miraremos hacia atrás y decimos que vivimos diez vidas en el rancho porque todo era muy intenso y lleno de muchas oportunidades para ver tu propio ego en juego.

(También puedes estudiar tu ego sin la necesidad de ser explotado por gente abusiva.)






8. Amido Goodnight

Enfermera jubilada, vive en Atlanta con su esposo Prem. Vivió en el rancho durante tres años.

Mi tiempo en el rancho no estuvo completamente involucrado con ninguna de las administraciones en general, solo estuve trabajando y estando con amigos. Realmente no era muy consciente de la oscuridad que había ahí hasta después de que estaba muy, muy cerca del final.

Pero había una cosa que tenía que hacer que si tuve dificultades para efectuar. Fui una de las personas que salieron a invitar a los desamparados sin hogar. Pero en una ocasión alguien desde la oficina en Oregón me ordenó que hiciera bajar a dos desamparados del autobús cuando estábamos a mitad de camino para ir al rancho. Eran dos personas que sentí que eran muy vulnerables y me sentí muy incómoda por tener que abandonarlas.

Llamé varias veces para ver si podía obtener una respuesta diferente, pero insistieron mucho en que las abandonara, así que finalmente lo hice.


A pesar de ellos todavía estoy muy agradecida de haber vivido allí y siento mucho aprecio por Osho. Creo que después de ver el documental entiendo mejor ahora a qué se enfrentaba la comunidad. Soy originaria de Inglaterra, por lo que no tenía absolutamente ninguna apreciación de lo que había sucedido con los cultos en ese país, y por lo que no tenía ninguna apreciación del peligro en el que nos encontrábamos.

Entonces pude ver que todas esas fuerzas se juntaron contra Sheela, y aunque obviamente ella tomó algunas decisiones muy controversiales, se podía ver que ella estaba tratando de hacer todo lo que podía y que ella pensaba que funcionaría.

Mi recuerdo favorito de Rajneeshpuram fue el viaje que hacía diario Osho con su auto. Entonces todos dejábamos de trabajar y nos alineábamos y conversábamos entre nosotros esperando a que Osho pasara con su Roll Royce. Fue como un momento sagrado.


(Ver como el gurú se divertía con sus carísimos juguetes, mientras que sus seguidores dormían en el suelo, vivían en tiendas de campaña y trabajaban como esclavos, no me parece que sea realmente un “momento sagrado”.)






9. Surendra

Es una trabajadora social y fotógrafa jubilada que vive en Japón, y estuvo en Rajneeshpuram durante nueve meses.

Crecí en el East End de Londres, que es un área muy congestionada y sin vegetación, por lo que fue maravilloso para mí estar en los espacios abiertos de Oregón, ese era el territorio de los vaqueros y de John Wayne. Aunque todo el tiempo estaba trabajando más de 12 horas al día.

Ver el documental fue impactante, yo tenía una especie de duda de si había sido realmente tan malo y espantoso o atroz [como resultó ser], como el envenenamiento por salmonella y el alcance de las escuchas telefónicas y el intento de asesinar al médico de Osho.

No tenía idea de hasta qué punto Sheela y el grupo a su alrededor estaban preparados para llegar.

Y la otra gran cosa que me sorprendió es que parecía que el FBI y otras grandes organizaciones policiales se estaban preparando para atacar el rancho con ametralladoras y helicópteros. No tenía idea de que podría acercarse a una especie de baño de sangre, eso fue aún más impactante que cualquier otra cosa.


Sheela era una Sanyassin inusual. Ella era una dirigente con la habilidad de un político, y en cierto modo era la única persona que podría haber hecho eso.

Pero habiendo dicho eso, no señalaría con el dedo a Sheela, porque creo que ella estaba bajo una tremenda presión desde afuera y quería proteger lo que ella amaba. Mientras que la mayoría de los Sanyassins no tenían el temple para salir y desafiar y realmente molestar a otras personas o ser muy provocativos.

Estuve allí durante el programa de “compartir una casa”, cuando todas estas personas de la calle fueron transportadas en autobús, y Sheela se estaba volviendo bastante activa políticamente en la comuna.

Por primera vez estuve en reuniones que en lugar de ser una especie de meditación de grupo, se estaban convirtiendo en manifestaciones políticas con Sheela tratando de entusiasmar a la gente. Ella estaba haciendo cosas que nunca antes había visto hacer a los Sanyassins, y que en su mayoría éramos una especie de grupo más interno. Pensé, “bueno, ella tiene mucha energía, eso es seguro”.

Lo de compartir una casa era algo bastante inesperado. Yo estaba construyendo cercas en ese momento y de repente me entregaron algunas de las personas que estaban en el programa de compartir una casa, y me sentí realmente frustrada porque estaban fuera de foco.

Esas personas no estaban trabajando y me quejé con uno de las jefeas (siempre tuvimos jefas, Osho puso a las mujeres a cargo de todo) y esta jefa me dijo:

-      “mira, no se trata de producción, se trata de conectar y compartir nuestra comunidad y compartir lo que sentimos.”

Terminé cuidando a dos chicos y realmente creamos una amistad entre nosotros. Todavía recuerdo sus caras y su tipo gradual de relajación: ellos estaban en un lugar seguro, no había crimen, nadie los golpeaba, y tenían un lugar para dormir, comida y trabajo para hacer.


Todos éramos un montón de niños de alguna manera, queriendo agarrar nuestras herramientas y salir a cavar agujeros y poner cercas. Y como los niños pequeños tienen esa energía, nosotros tuvimos esa energía. Pero creo que hubo una especie de actitud intermitente: nos parecíamos demasiado a los niños juguetones y no sabíamos lo que sucedía en la comunidad en general.

Mucho más tarde, hace unos años aquí en Japón, escuché de alguien que dejó de ser un sanyassin porque le ordenaron que le quitara la ropa a las personas desamparadas que habíamos recogido y las estaban expulsando del rancho, pero él se negó porque hacía mucho frío.

Pienso que la mayoría de nosotros solo vimos el lado positivo de las cosas en Rajneeshpuram, pero no el lado negativo.

(Sheela llevó a muchos desamparados a Rajneeshpuram porque quería inscribirlos en el padrón electoral y que votaran por su candidato, pero cuando el municipio se negó a registrarlos, Sheela los expulsó del rancho.)



(www.thecut.com/2018/04/9-rajneesh-followers-on-what-wild-wild-country-got-wrong.html)










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