Cuando
le preguntaron a Jill Franklin (la principal editora de Osho) qué opinaba ella de las impresionantes
imágenes que aparecen en el documental “Wild Wild Country” en donde se
ve a gente gritando y peleando desnudos, ella contestó:
« Ciertamente no teníamos orgías en Rajneeshpuram (la
comunidad de Osho en Oregón), les puedo asegurar que nadie que trabajara tanto como
lo hacíamos nosotros tiene fuerzas para orgías. Apenas podíamos caer en la cama
por la noche. Así que esas imágenes probablemente fueron filmadas en la India y
no tuvieron que ver con el rancho.
En su documental, los hermanos Way
hicieron un buen trabajo, pero no mencionaron varios aspectos que también
fueron muy relevantes, como por ejemplo: las esterilizaciones masivas, o las
numerosas horas de trabajo que consumían las vidas de los que vivían en
Rajneeshpuram. »
Y esto lo confirmó Hira Bluestone quien escribió:
« En el rancho, todo el mundo debía de trabajar. Los adultos
trabajaban doce horas al día, siete días a la semana. Y los niños íbamos a la
escuela unas pocas horas y luego pasamos el resto del día haciendo diversos
trabajos en diferentes lugares. »
Pero el asunto era todavía peor, ya que Hugh Milne quien fue el antiguo guardaespaldas de Osho, reveló que:
« En Rajneeshpuram ya no se trataba de amor, meditación e
iluminación, sino de esclavitud. Ahí me dediqué a trabajar como osteópata en el
centro de salud del rancho y los sannyasins que trabajaban entre 80 y 100 horas
semanales para construir la comuna, se estaban verdaderamente derrumbando.
Pero a pesar de eso, las órdenes de
Sheela (la mano derecha de Osho) de cómo debía de tratarlos cuando ellos
llegaban al centro de salud era
inhumano, ya que ella me ordenó:
-
“simplemente
inyéctales un estimulante y ponlos a trabajar de nuevo.”
Y en otra ocasión, me prohibieron
poder ir a buscar a un amigo que había zozobrado en una canoa en el río y me
ordenaron que siguiera trabajando.
Pensé que nos estábamos convirtiendo
en un monstruo y ahí fue cuando decidí partir del rancho de Oregón en noviembre
de 1982. »
Y no solo Osho explotaba tremendamente a sus seguidores, sino que también los tenía viviendo en condiciones deplorables, como lo señaló Susan Harfouche quien residió en esa comunidad durante varios meses:
« Finalmente me llegó la carta donde me informaban que podía
ir a Rajneeshpuram, y junto con la carta se incluía una lista de cosas que
debía de llevar: un saco de dormir, ropa abrigada, pantalones cortos, gorra
para el sol, botas, etc. Y también tuve que obtener seis meses de seguro médico
y contra accidentes.
Pero cuando llegué fue muy diferente
a como yo me lo había imaginado. Por ejemplo, el comedor.
El lugar estaba abarrotado hasta el
límite de su capacidad, de modo que la fila estaba fuera de la puerta principal
y la gente estaba parada bajo la lluvia, esperando para poder cenar.
Y una vez dentro, todo lo que puedo
decir es que era un desastre. La gente estaba de pared a pared, empujando y
apretando como animales hambrientos, y hablando en voz alta.
En el vestíbulo de entrada había
cientos de ganchos para abrigos, pero las chaquetas y suéteres que colgaban
allí fueron derribados por esa multitud y pisoteados con sus botas todas
embarradas de lodo.
¡Nunca había
visto algo así en mi vida!
Y ciertamente no se parecía a mi
idea de un comedor de un ashram. La única comparación que se acerca a eso es
una película que una vez vi sobre la vida en prisión. Solo que esto era todavía
más sórdido porque la gente estaba toda sucia por el trabajo que habían
efectuado todo del día, estaban llenas de lodo, y el olor de los cuerpos
sudorosos se mezclaba con el olor de la comida.
Luego, cuando fui a la tienda de
campaña que me habían asignado para dormir, descubrí que en la tienda no había
nada más que el suelo desnudo. Yo había considerado comprar un colchón inflable
mientras compraba otros artículos para acampar, pero decidí no hacerlo, debido
a que como no estaba en la lista que me enviaron, supuse que ellos eso debían
proporcionarlo.
Así que mi cama esa noche estaba en
un piso frío, duro y embarrado. Dormí con mi ropa dentro de mi saco de dormir.
Hacía mucho frío a pesar que era mayo, y todo el cuerpo me dolía mucho, y era
difícil acostarme en un piso duro sin una almohada. Así que envolví la chaqueta
para que me sirviera de almohada temporal, pero tan pronto como logré ponerme
un poco cómoda, comencé a toser, hasta que finalmente, de alguna manera, pude
por fin dormirme.
Sobra decir que no podía haber
supuesto que el rancho fuera tan diferente de cómo yo me lo había imaginado, ya
que aunque sabía que era una comunidad agrícola y que había mucho trabajo por
hacer, y que estar ahí no iba a ser un lecho de rosas.
Pero aún así no esperaba lo que
viví, porque a pesar del duro trabajó, yo pensé que también iba a haber en
algún momento tiempo para meditar, como normalmente sucede en un ashram. Pero
el rancho estaba tan alejado de un ashram, como las Bermudas lo están del Polo
Norte.
En las dos únicas ocasiones en que
fui liberada del trabajo para asistir a la meditación (satsang), fue porque los
medios de comunicación estuvieron presentes y filmaron. Y el día anterior nos
dieron instrucciones de "parecer extáticos".
Sobreviví a todo eso y más, y no sé
cómo me las arreglé las dos primeras semanas. El desayuno terminaba a las 7:10
am, y uno no debía llegar tarde al trabajo que comienza a las 7:30 am. Sin
embargo yo me consideraba afortunada cuando desayunaba más de dos veces por
semana, ya que muchas veces llegaba al comedor antes de las 7:00 a.m., pero
solo para descubrir que ya no quedaba comida de todos modos.
Luego, cenar alrededor de las 9:00
pm también era difícil. A veces la comida estaba fría, o se daba como
"almuerzos para llevar" en pequeñas bolsas marrones. (¡Me gustaría
ver a los dirigentes comer esa “comida”!). Al grado que a veces decidía que no
valía la pena hacer tanta cola para comer eso que daban y prefería ir
directamente a mi tienda para dormir aunque fuera con el estomago vacío.
El rancho a veces me recordaba más a
un campo de concentración y otras veces más a un asilo mental. »
Y esto también lo confirmó Roselyn
Smith quien estuvo en Rajneeshpuram durante dos meses y que sobre ese lugar
ella se exclamó:
« De cierta manera es como un gulag, ese lugar es lo más
parecido a un campo de concentración que he visto en mi vida. La mayoría del
público no tiene idea de lo que realmente está sucediendo allí. »
Y en esta foto pueden ver las tiendas
de campaña en donde vivía la mayoría de la gente y efectivamente parece un
campo de concentración.
Y tengan en cuenta que en esa región el clima es muy extremoso como lo remarcó Noa Maxwell:
« En invierno nos moríamos de frio y en verano nos moríamos de
calor. »
Y algunos pensaran que esas malas
condiciones y esas largas horas de trabajo se debían porque apenas estaban
construyendo la pequeña ciudad que pensaban establecer en ese rancho. Lo cual
es cierto. Pero las condiciones no mejoraron mucho después de que se instalaron
más rotundamente, ya que como lo indicó el periodista Win McCormack:
« En Rajneeshpuram, los
discípulos de Osho generalmente trabajan doce horas al día, siete días a la
semana. Se les proporciona alojamiento y comida vegetariana y un conjunto de
ropa de color rojo y un pequeño salario.
Y
sus “habitaciones” a menudo consisten en un diminuto espacio en un tráiler lleno
de gente con otros seis a doce residentes y poca o ninguna privacidad. »
Y
Rajneeshpuram no fue el único lugar donde Osho explotaba a su gente, sino que también
lo hacía en las otras partes del mundo, como por ejemplo:
En
Australia, la revista “The Australian”
señaló que "los seguidores de Osho habían estado trabajado dieciséis horas
al día, seis días a la semana para desarrollar una red de negocios que incluyen
una cadena de restaurantes Zorba the Buddha, una cadena de hoteles y un empresa
de construcción llamada Oregon Builders and Renovations".
En
Alemania, la agencia de prensa Associated Press relató que "los seguidores
de Osho operan una serie de discotecas que han tenido mucho éxito ya que su facturación
anual se estimada de 1,1 millones de dólares. Pero los funcionarios alemanes están
preocupados que los Rajneeshees estén siendo explotados al tener que trabajar
largas horas en las discotecas por un salario de miseria".
Y
Osho no solo explotó brutalmente a los adultos, sino que también explotó inhumanamente
a los niños, como lo atestiguó Maroesja
Perizonius quien de niña estuvo viviendo en la comunidad de Holanda y que
posteriormente filmó un documental contando su historia.
Y unas de las escenas de ese documental
que más me impresionaron fue cuando Maroesja junto con un antiguo compañero,
fueron al lugar donde supuestamente ellos recibían su educación y ella comentó:
- "Aquí nos hacían trabajar desde
las cinco y media de la mañana hasta las siete y media de la tarde y a veces incluso hasta las diez y media de la noche. Y ni siquiera nos daban clases, a
pesar de que supuestamente era una escuela."
Y su amigo suspiró en señal de
confirmación.
~ * ~
Pero
no todos vivían en condiciones infrahumanas, ya que los principales dirigentes
de Osho habitaban viviendas espaciosas que estaban lujosamente decoradas. Y sobre
esas viviendas Susan Harfouche mencionó lo
siguiente:
« Sheela y su círculo íntimo vivían en un complejo de tres
casas móviles de lujo contiguas y personalizadas. Era difícil decir que sus
espaciosas y lujosas viviendas habían sido solo tres casas móviles, ya que los
muebles y accesorios eran del mejor gusto, y el lugar podría haber sido
realizado por un decorador profesional.
Dos veces tuve ocasión de ir allí.
La primera vez fue para poner agua en la batería que estaba situada debajo del
lavabo del baño, y me sorprendió ver ahí una caja de tinte para el cabello, porque
me dijeron que no debíamos usar jabón ni nada que no fuera biodegradable, a
causa que podría arruinar el sistema de alcantarillado.
Odio admitir esto, pero en esos días
era todavía muy ingenua y ¡en mi segunda visita fui para hacer una
donación! Me quedaban alrededor de 300
dólares, así que decidí donar 200 para la fundación.
Eran alrededor de las 9:00 am cuando
fui, y apenas varios miembros del grupo del círculo interno se estaban
levantando y ellos estaban vestidos con hermosos conjuntos para dormir.
Arup estaba sentado en su elegante
mesa de comedor formal tomando café, revisando algunos papeles con alguien más,
y la mesa estaba puesta con cosas encantadoras.
Era una escena tan cálida y
acogedora, y tan diferente a lo que vivíamos todos los demás, que no pude
evitar sentir envidia. Sheela no estaba a la vista. Quizás ella estaba
durmiendo. La madre particular que fui a ver, Savita, aún no se había levantado
de la cama y tuve que esperar bastante tiempo para que por fin me recibiera.
¡Ellos dándose buena vida, mientras
que nosotros los peones trabajadores nos teníamos que levantar entre las 5:00 y
las 6:00 am todos los días! »
Y
Osho residía en un lujoso complejo en forma de mini-oasis con piscina privada que se encontraba ubicado en una
sección aislada del rancho, y con un montón de lujos, como: carísimos trajes, un montón de relojes de marcas prestigiosas incrustados de diamantes, y
más de 90 Rolls-Royce.
Y
sus seguidores no solo aceptaban esa descomunal diferencia que existía entre las condiciones de miseria en las que ellos vivían y la super lujosa vida que se daban sus
dirigentes, sino que además se ponían todos emocionados cuando el gurú se dignaba
a salir una vez al día de su oasis paradisiaco para dar una vuelta en uno de
sus numerosos Rolls-Royce alrededor del rancho.
_ _ _
Y es por eso que el
experto en cultos Adrian Greek caracterizó al culto de Osho como "un sistema
de esclavismo complaciente con una aristocracia en la cima que recibía prácticamente
la totalidad de los beneficios."
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